Friday, February 07, 2014

Óscars 2014: American Hustle

El año pasado mi principal aliciente para ver los Óscar no era el amor hacia una película sino el odio hacia Silver linings playbook, la multinominada (aunque finalmente sólo premiada en forma de Jennifer Lawrence, gracias a dios) película de David O. Russell. Pues bien, aventuro ya que este año se va a repetir la jugada. American Hustle o "La gran estafa americana" en su traducción es un HORROR. Está llena de zooms locos sin sentido, personajes sin pies ni cabeza, diálogos llenos de cháchara que no llevan a ningún lado, dura unos innecesarios y enervantes 130 minutos y es imposible experimentar ningún sentimiento (simpatía, preocupación, temor) por ninguno de los personajes ni situaciones que en ella se plantean excepto uno: la vergüenza ajena.
¿Qué se salva de esta película? Básicamente el vestuario y la peluquería y  que suenan I feel love y Live and let die. Y aún así me duele reconocerlo porque estas canciones acaparan minutos que bien podrían no exisitir porque no nos dicen nada ni hacen avanzar la historia ni tienen más mérito que el ver una coreografía en una discoteca y a Jennifer Lawrence sacudiendo el moño con guantes de fregar en un momento muy "for your consideration", pero, ay, Amy.



Solo transigiría con premio a mejor vestuario porque, en unas nominaciones que siempre están llenas de miriñaques y corsés (cosas que me encantan, huelga decir) sería refrescante premiar una película que recrea una época pasada pero vivida por muchos de los votantes y que consigue volver a poner de moda ítems de los años 70 que son puro icono, pura belleza y puro encanto. Aunque la verdad, lo hace de una forma tan poco sutil, tan "mira lo que te enseño, fíjate en esta pieza, directa a un editorial de moda" que aún así siguen dando rabia. Véase el ejemplo de la pulserita de cuentas con Duke Ellington. 



Pese a todo, sería bonito que tras las reivindicaciones de las décadas de los 80 y 90, con sus horrores estéticos, se volviesen a poner de moda los vestidos-bata de Diane Von Furstenberg, las pieles sintéticas,


no llevar sujetador,

 los bañadores de crochet,

el escote en uve,

y las sombras de ojos brillantosas y las pastillas para bailar música disco y la crisis del petróleo y el intercambio de parejas. Miren lo que es capaz de hacer esta línea de ropa de los años 70: que Amy Adams, la gran actriz multinominada pero definitivamente más-dulce-que-despertadora-de-líbidos-ajenas, sea sexy. Sólo por eso habrá merecido la pena ver American Hustle, aunque acabemos atragantados de tanto escote en uve.

1 comment:

SisterBoy said...

No olvides ver "Her" si quieres ver a Amy en el look más opuesto que se pueda imaginar.