Friday, May 16, 2008

Mi relación con Ágatha

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La felicidad es llegar a casa con una buena bolsa de patatas Lays sabor cebolla caramelizada y vinagre balsámico (jo, hay que oírme, juro que Lays no me esponsoriza ni nada parecido) y ponerse a ver “Asesinato en el Orient Express”. Ésta es una de esas películas de los 70 ambientadas en los años 20 y 30, subgénero muy querido al que pertenecen obras como “El gran Gatsby” o “Bonnie & Clyde”. Todas estas obras se caracterizan por una estética que abusa un poco del esfumatto, así como con colores desvaídos y rostros difuminados -sin llegar a niveles isabelpreyslerescos- y unos vestuarios súperguays. Ya se sabe que la moda se repite y se inspira y se retroinspira constantemente, y gran parte de los setenta estuvieron marcados por las redondas caras blancas, las cejas finas a lo Marlene Dietrich (que a ella y a la Garbo sientan maravillosamente pero que ninguna persona con un mínimo criterio estético debería tratar de emular) y las blusas de chiffon. Todo pasa de moda, como las novelas de Vicky Baum o decir “esto es demasié”, pero todo vuelve, como las zapatillas victoria, vivir para ver.

También es muy setentera esta película en su rollo de más estrellas por metraje que un centro de rehab (parezco un guionista de Aída, Jesucristo), como en la odisea del Poseidón. Aquí tenemos a Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Albert Finney, Vanesa Redgrave, Sean Connery o Anthony Perkins, haciendo, cómo no, de Norman Bates con otro nombre. Es muy gracioso lo de Anthony Perkins (aunque un poco triste también –emoticón carita triste-) porque interpreta a un personaje que en el libro (que me compré y leí enterico el domingo, así que lo tengo fresco) es un hombre muy desenvuelto y espabilado, pero claro, como en la película lo interpreta Anthony Perkins se vuelve tartamudo, sudoroso e inquietante. Hay una parte muy divertida en la que dice, literalmente:

- Mi madre murió cuando yo tenía ocho años y creo que todavía no lo he superado. Ala, ¡dígame que soy un retardado emocional y por eso aún no me he casado!

En cuanto a la historia, pues casi igualita que la del libro. Me pasa algo curioso con Agatha Christie, y es que aunque sus libros me parezcan una mierda pinchada en un palo en su gran mayoría, disfruto mucho con su lectura. Sobre todo me gustan las historietas cortas de Hércules Poirot y Miss Marple, inspiración de Jessica Fletcher, aunque más bien la protagonista de “Se ha escrito un crimen” (Murder, she wrote, genial título original) sea directamente un trasunto de la propia Agatha Christie trasladada a Cape Cod. En cualquier caso manifiesto mi debilidad absoluta por historias como “Diez negritos” o “El espejo se rajó de parte a parte”. Y también por Parker Pyne, tercero en discordia de las creaciones de esta mujer, que colgaba un anuncio en los periódicos que rezaba: “¿Es usted feliz? Si no lo es consulte a Mister Parker Pyne, calle cual, número tal” Me parece una forma maravillosa de ganarse la vida, resolvérsela a otros y acertar siempre.

4 comments:

SisterBoy said...

Cuando era niño pasaron por televisión un ciclo de peliculas de Miss Marple en la que la vieja rebrujon era interpretada por Margaret Rutheford que hacia cualquier cosa que fuera necesaria para resolver un caso: desde la esgrima hasta bailar el twist tal y como se ve en este video homenaje

http://youtube.com/watch?v=15CtYVK27wk

Anonymous said...

Los libros de Agatha Christie son una mierda pinchada en un palo, pero son como los monchitos, el tabaco o las grasas saturadas. Aunque son malos no puedes dejar de consumirlos.

Las películas con un millón de estrellas vivieron una segunda edad dorada en los ochenta, pero con estrellas B-List en lugar de estrellas de verdad. Como todos los subproductos, es interesantísimo.

JRB said...

A mí de chico me volvían loco esas películas tipo "Muerte en el Nilo" y "Muerte bajo el sol". De las novelas, recuerdo que me gustó especialmente "El asesino de la guía de ferrocarriles", aunque de eso hace casi 20 años, así que si la vuelvo a leer ahora seguramente opine que es una mierda pinchada en un palo.

Pobre Anthony Perkins, tan encasillado él.

El Malvado Ming said...

Yo soy superfan de Tommy y Tuppence Beresford, que sin ser lo más conocido de Ágatha también tienen su punto.

Y hablando de matrimonios le recomiendo vivamente "La cena de los acusados". Nick y Nora no son lo más conocido de Hammet pero estas adaptaciones de Michael Powell y Myrna Loy son demasié.